Después de tomar mi primera calada de marihuana, la luz en el centro de la habitación explotó y se convirtió en una pared brillante que capturó todo mi campo de visión. Poco sabía yo en mi estado de desconcierto por las cosas extraordinarias que comenzaron a suceder, que el brillo del estado de éxtasis es una característica común de la experiencia, reportada ya en la Epopeya de Gilgamesh, cuando el héroe entro al jardín de los dioses: "hubo brillantez" ¹. El apóstol cristiano Pablo siendo golpeado por la luz en el camino a Damasco es, por supuesto, el ejemplo clásico de este fenómeno, el rayo que le atravesó su cerebro habiendo sido tan severo que perdió la vista durante tres días, según un informe en el Nuevo Testamento ².
Esta luz brillante es el aspecto visual de un proceso cerebral que se expresa en la iluminación mental. Por lo tanto, la sabiduría que recibimos después de haber dejado nuestra mente un poco - o mucho, dependiendo de la mentalidad de uno y las circunstancias particulares del momento - proviene de una infusión de luz. Puede ser que solo un pequeño porcentaje de las personas que usan sustancias que alteran la mente experimenten un momento de brillante luminosidad, pero la iluminación siempre ocurre, independientemente de este rasgo particular de la experiencia.
|
Si imaginamos a nuestra mente como un gabinete lleno de información, ordenado a lo largo de los años en respuesta a los altibajos de nuestra vida, entonces el éxtasis inducido por el cannabis tiene el efecto de una gran sacudida que pone todo en el gabinete temporalmente fuera de servicio. Toda la información en el gabinete que usamos automáticamente para responder a lo que sea que estemos involucrados, se ha ido, y nos quedamos despojados, desnudos, como Adán y Eva en el paraíso³. Todo lo que percibimos a través de nuestros sentidos parece nuevo, es porque todo el material de referencia que nos permite normalmente reconocer las cosas se ha perdido. Al mirar objetos que por lo demás son familiares, parece como si nunca los hubiéramos visto; pero al centrarnos en ellos, la memoria volverá, poco a poco, y el objeto recién descubierto se reconocerá como lo que siempre fue y volverá a colocarse en su lugar indicado en el gabinete.
Sin embargo, al mirar a las personas nos damos cuenta de que son esencialmente diferentes de lo que habíamos imaginado que eran. La civilización ha otorgado algunas ideas básicas sobre los demás, que nos hacen mirarlos, tal vez inconscientemente, pero siempre presente de algún modo en nuestros cerebros, con circunspección, siempre en guardia, listos para juzgarlos y condenarlos a la menor indicación de incertidumbre o de peligro imaginado. Cuando estos prejuicios se han desvanecido junto con toda la otra información, podemos mirar a las personas abiertamente, sin la interferencia de nuestra mente autoconsciente. Nos damos cuenta de que tenemos creencias erróneas, que en retrospectiva parecen absurdas, quizás horribles, ridículas e hilarantes, ja, ja, ja. Al reírnos de nosotros mismos, nos absolvemos y nos aceptamos, y en el acto podemos soltarnos y volvernos uno con el mundo, el cosmos, el todo, como sea que lo llames o no quieras llamarlo. Bienaventurado es llamado por los místicos.
Desde que el profesor Tart estudió por última vez a los usuarios de marihuana en la década de 1960, no se han hecho otros estudios sobre el fenómeno, como se hace comprensible por la petición de la comunidad científica pidiendo al gobierno que libre el uso de marihuana para su estudio honesto. Por lo tanto, si hablamos de los procesos cognitivos de la 'alta' marihuana, solo podemos extrapolar de la experiencia personal y la poca literatura sobre el tema.
La sabiduría adquirida en el ámbito supramental viene un poco como Albert Einstein vio su famosa fórmula volar sobre una ola en el cielo, o el empleado indio Ramanujan escuchó en sueños a la diosa de la aldea Namagiri susurrar ecuaciones matemáticas avanzadas en su oído.
Los consumidores de cannabis pueden no tener una predisposición genética para acceder a fuentes de sabiduría tan extraordinarias como los dos sabios mencionados, pero tienen a María Juana, como los mexicanos la bautizaron acertadamente. Es la misma María que, según la fe católica, abre las puertas del cielo. Ahora, lo que el adepto hace con esa experiencia depende completamente de él o ella.
Hay personas que, al encontrarse en estas puertas, retroceden, porque no quieren perder la cabeza, se sienten como si estuvieran muriendo y llaman por un médico, la policía o su mama. Nunca tendrán una experiencia de "expansión espiritual" - lo que en terminología técnica se denomina alteración de la mente - porque no pueden atravesar las puertas y entrar en el cielo, el espacio más allá de la mente.
Otras personas dejan morir su ego y miran dentro del cielo y se maravillan. Al mirar hacia atrás, se quedan atónitos ante su percepción diferente de las cosas y, a menudo, se echan a reír al pensar en las ideas erróneas que tenían hasta este momento.
Seshat, la diosa egipcia de la sabiduría, coronada con una hoja de cannabis.
|
|
|
Si tienes la suerte de poder olvidarte de ti mismo, si te liberas por completo de tu mente autoconsciente, te verás obligado a escuchar tu corazón y a percibir el mundo exclusivamente a través de tus sentidos. En ese estado, puedes pensar según tus sentimientos. No los sentimientos de odio y angustia cultivados para participar competitivamente en la vida social, sino sentimientos de pertenencia, de ser felizmente parte del mundo a tu alrededor del que normalmente te distancias. Cuando eso sucede, lo tienes todo y eres el rey del mundo. Y cuando después tu mente toma el control nuevamente, ese sentimiento de pertenencia siempre estará presente, si no se puede invocar casi en cualquier momento, para dar la seguridad de que, aunque desde la perspectiva de la sociedad eres solo otro cero en la ecuación, sabes que eres una parte igual del todo.
|
|
Esta sabiduría no es el conocimiento objetivo que brindan las academias; es un entendimiento subjetivo que solamente sirve a la persona que lo recibe. Pero ese entendimiento es el conocimiento más esencial que cualquier individuo puede recibir, ya que da, más que las construcciones mentales más brillantes de la mente que las personas más inteligentes sobre la faz de la tierra puedan inventar: la seguridad del valor intrínseco y la existencia más allá de las filosofías y la fe del día. Ese conocimiento existencial puede simplemente ser aceptado y servir para vivir una vida más rica, o puede ser utilizado para el desarrollo individual, para formar la base de ideas originales y revolucionarias. Diferencias aparte, la experiencia que altera la mente arraiga la esencia de la vida en la propia existencia, más allá del compromiso ciego con la naarativa oficial, el mundo de los intereses creados. Como resultado, el corazón libera la mente de la bolsa de valores, Hollywood y Washington, para develar el mundo que nos rodea.
Los Fabulous Furry Freak Brothers, Gilbert Sheldon⁴ |
Hay algunas cosas que todos aquellos que han pasado por la experiencia han aprendido. Es una sabiduria que proviene de los sentimientos de felicidad y unidad experimentados, y la conciencia de la seguridad existencial obtenida: el gobierno no puede confiarse ni tomarse en serio en su discurso sobre los productos que alteran la mente. Como Charles Tart señaló acertadamente en su estudio sobre los consumidores de marihuana:
| |
"Los programas de educación sobre drogas patrocinados por escuelas y agencias gubernamentales son vistos con desprecio y diversión por los usuarios, ya que sus propias experiencias y las de sus amigos con la marihuana los convencen de que los instructores son ignorantes o están mintiendo ⁵."
|
|
No son solo los gobiernos de hoy que desatan "verdades alternativas" en sus audiencias. Los usuarios de cannabis nunca han escuchado otra cosa que "verdad alternativa", un siglo de la misma verdad alternativa, traída, oh, irónicamente, por las mismas personas que gritan más fuerte para protestar contra la nueva "verdad alternativa" que manda el día de hoy.
¹ Poema de Gilgamesh, Tableta IX - 171
² Hechos 9:9
³ Génesis 3:10-11
⁴ Gilbert Sheldon
⁵ On Being Stoned, Charles T. Tart, 1971 p 8 (p 22 del documento pdf)
|
