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Caratula
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Caratula

 

Utrecht, Paises Bajos, 31 de enero 2014

El Comité Nobel de Noruega
Henrik Ibsens gate 51
0255 Oslo, Noruega.


Estimados miembros del Comité Nobel, damas y caballeros,

Por la presente el Drugs Peace Institute tiene el honor de presentarles la nominación del Sr. José Alberto Mujica Cordano, presidente de Uruguay, para el Premio Nobel de la Paz de 2014 por su contribución a la paz mundial al legalizar el cultivo y el comercio del cannabis en su país. Al dar este primer paso hacia el fin de la guerra contra las drogas en Uruguay, el Sr. Mujica propone un nuevo paradigma de control de drogas que enfoca la salud pública, el desarrollo social y los derechos humanos, y que merece la plena atención del mundo si ha de haber una solución alternativa eficaz y humano para la fallida guerra contra las drogas.

Incluimos en esta presentación pública la nominación de un grupo de profesores del círculo alemán Schildower Kreis, la cual rechaza la prohibición por razones científicas y elogia al Sr. Mujica por su valiente decisión de buscar el cambio y ofrecer una alternativa a los demás gobiernos. Admiran el candidato por su respeto a la autodeterminación y la democracia, creando esperanzas para todos que sufren las consecuencias de esta guerra debilitante y fomentan inspiración en todos los responsables políticos que deseen encontrar el coraje para sacudir el yugo de la prohibición.

Esperamos que den toda su atención a los argumentos presentados, incluso si ustedes mismos creen que un futuro mejor se encuentra en un mundo libre de drogas, a realizarse con cero tolerancia. Contrariamente a muchas otras espléndidas empresas humanas nominadas para su consideración, la liberación del cannabis, incluso cuando sea estrictamente controlada, podría parecerles moralmente reprobable. Por tal motivo les deseamos la fuerza para considerar seriamente la contribución de José Mujica para la paz mundial.

Esta nominación ha sido organizada por los consumidores de cannabis, delincuentes por
definición de la sociedad. Aunque sólo tratamos de aprovechar de la marihuana como
medicamento apropiado para nuestra enfermedad o para liberarnos periódicamente de la dictadura de una ideología mentirosa, para encontrar paz y significado en la re-creación de nuestro mundo, y aunque no nos dañamos a nosotros mismos o a los demás personas, la humanidad ha determinado que la nuestra es un crimen sin perdón. Si los usuarios de cannabis desean mantenerse fuera del alcance del crimen organizado, tienen que permanecer al margen de su comercio. Para realizarlo están obligados a cultivar sus propias plantas o depender de otros consumidores, lo que les convierte en organización criminal, lo que conlleve a su vez al trato penal más duro. No hay manera de ganar: para evadir los criminales uno tiene que entrar en la criminalidad.

Por medio de una cadena histórica de decisiones pocas democráticas hemos llegado a que en el cúspide de la consagración de los derechos del individuo, los delincuentes de la droga han sido excluidos de la protección del orden de derechos humanos desarrollado después de la Segunda Guerra Mundial. Sus hábitos pueden reclamar ninguna base moral para la protección. No hay refugio seguro en el mundo para los consumidores de sustancias ilegales; arbitrariedad gobierna su destino, ya que pueden ser tolerados hoy, perseguidos mañana. Este es lo que se ha llamado "el holocausto en slow-motion de la historia”.

El “Laudatio” que va incluido en esta presentación habla sobre el uso benéfico de una planta de la Madre Naturaleza y de su Libertador. Según sus propias palabras el presidente Mujica no entiende el significado de este uso. Mujica no fumaba para no inhalar, él no inhaló para no disfrutar, no fumaba del todo pero abrió las puertas de la historia, para que todos podamos decir: yo fumaba, yo inhalé, yo disfruté. Es la razón porque recomendamos José Mujica Cordano, por su compasión para con cualquier persona.

Se ha dicho que para cambiar el régimen de la prohibición se necesita de un gran big bang. De repente la legalización del cannabis por Mujica es exactamente eso. Tal vez es sólo un detonador para provocar otras explosiones. Por lo tanto, esperamos que siguen el ejemplo de Alfredo Nobel, su creador, que les ha dinamitado en el asiento desde donde juzgan a todos los esfuerzos humanos por la paz. Esperemos que ustedes tomen la iniciativa y otorgan el Premio Nobel de la Paz de 2014 a José Mujica Cordano y hagan volar con él la guerra contra las drogas fuera del mundo. Créanos, millones y millones y millones volaran con ustedes. Como siempre, por la paz.

Adriaan Bronkhorst
Presidente